A quién pueda inspirar,
Yo, como muchos de
ustedes los artistas allá afuera, estoy en constante cambio entre dos
estados. El primero (y más preferible de los dos) es el de la zona
blanca, encendido en el asiento, a toda máquina en modo creativo. Esto
ocurre cuando ponemos la pluma y las ideas se derraman como el vino en
un cáliz real… Esto sucede alrededor del 3% del tiempo.
El otro
97% del tiempo me encuentro con la frustración, dificultades, en la
esquina de la oficina en modo “papel arrugado”. Lo importante en ese
momento es sudar tinta con diligencia a través de ese pantano del
desaliento y la desesperación. Aplicarse, comentar y escuchar las
historias de los profesionales que han estado haciendo películas durante
décadas, pasando por las mismas historias y los problemas de producción
indignantes.
En una palabra: Persistir.
Persiste en contar
tu historia. Persiste en llegar a tu público. Persiste en mantenerte
fiel a tu visión. Recuerda lo que Peter Jackson dijo: “El dolor es
temporal. El cine es para siempre”. Piensa en todas las persona que
deben saber.
La próxima vez que te golpee el bloqueo del escritor,
o que el ordenador se bloquee y se pierde el trabajo de una noche
entera porque no le diste a guardar (siempre darle a guardar), recuerda:
Nunca estarás muy lejos de la siguiente ráfaga de creatividad divina.
Trabaja a través de ese 97% de la mediocridad para llegar a ese 3% con
el que todo el mundo te recordará para siempre.
Les garantizo que el arte vale la pena el trabajo,
Su amigo,
Austin Madison
PIXAR